

Todos nuestros Transporte de Huevos son seguros y eficientes para garantizar la frescura y calidad de los huevos en cada entrega.
En el sector avícola, esto implica asegurar que los huevos lleguen en óptimas condiciones, evitando daños y manteniendo su frescura. Un sistema de despacho eficiente también incluye la gestión de tiempos, embalaje adecuado y control de temperatura.
La clasificación de los huevos es esencial para garantizar su calidad. El proceso comienza con la limpieza y revisión de cada huevo, descartando aquellos que presenten fisuras o manchas. Luego, los huevos se agrupan según su tamaño y peso, siguiendo las normativas locales.
Durante el transporte, los huevos deben mantenerse a temperaturas controladas, generalmente entre 5°C y 15°C, para evitar el crecimiento bacteriano y preservar la frescura. Además, la humedad relativa debe ser controlada para prevenir la pérdida de agua y el deterioro.
El empaque ideal para huevos debe ser resistente y amortiguar golpes. Los empaques de cartón con divisores internos o las bandejas plásticas son opciones comunes que evitan movimientos bruscos durante el transporte.
La trazabilidad se logra mediante sistemas de seguimiento que registran cada etapa del proceso, desde la producción hasta la entrega final. Estos sistemas permiten rastrear cada lote, asegurando el cumplimiento de las normativas.
Los controles de temperatura deben ser constantes y monitoreados mediante sensores digitales que emitan alertas en caso de desviaciones. El rango ideal es de 5°C a 15°C, según las normativas locales.
¿Qué documentación es necesaria para el despacho de huevos a nivel local o internacional?
Para el despacho local, se requieren facturas, guías de transporte y certificados de salubridad. En el caso del despacho internacional, se añaden certificados de exportación y documentos fitosanitarios según el país de destino.
Los procedimientos incluyen inspecciones visuales, pruebas de frescura y verificación de embalajes. También se revisan las condiciones de almacenamiento antes del despacho.
La gestión de inventario se basa en el método FIFO (First In, First Out), garantizando que los huevos más antiguos se despachen primero. Los registros digitales facilitan el seguimiento de fechas de caducidad.
Los principales indicadores son el tiempo de entrega, la cantidad de productos dañados, y la puntualidad en las entregas. También se mide el costo por envío.
Si se detectan huevos dañados, se retiran inmediatamente del lote y se registra el incidente. En casos de contaminación, se inicia un protocolo de cuarentena y se realiza una desinfección.